No lo sabe mi brazo, ni mi pierna,
ni el hilo de mi voz, ni mi cintura...
De "Pena y alegría del Amor"-Rafael de León
Me duele tanto el alma de buscarte
que no sé del tamaño de mi herida,
tan sólo que en el mar de su medida
naufraga el corazón, sin encontrarte.
Me duele tanto el sueño de soñarte
que tengo la esperanza ya dormida,
la flor de la ilusión medio vencida,
me duele hasta el olvido de olvidarte.
Me duele en mi penar lo no penoso,
lo fútil, lo banal, lo intrascendente,
me duelen lo arterial y lo venoso.
Nadando entre las aguas de mi llanto
yo vago como espectro entre la gente.
Me dueles, soledad, …me dueles tanto.
Como en la trampa cae la alegre caza,
caí en tus brazos, donde me debato...
De "Sonetos de La Zubia"-Antonio Gala
Como el galgo que sigue en su carrera
a la liebre veloz, despavorida,
así yo me abalanzo tras tu huida,
apartando del rumbo a mi collera.
En plena lid mi ritmo se acelera,
yo marco con zancada la batida
y tú me esquivas ágil la embestida
con dos certeros golpes de cadera.
Para ya de correr, liebre asustada
sobre este barbechal seco y desierto
que este lebrel no acosa dentellada,
tan sólo irte cercando tramo a tramo
y tras de darte caza, a campo abierto
poder decirte al fin lo que te amo.
Lisboa sube y baja. Se diría
una paloma que al alzar el vuelo...
De "Monólogo de Lisboa"-Jose Miguel Santiago Castelo
Lisboa recostada, arriba el día,
que quiere regalarle mil colores
a sus siete colinas. Miradores
para embriagarse en plena Poesía.
Lisboa es una cuesta y un tranvía
amarillo en el Chiado, y son sus flores
que trepan asomando sus rubores
tras un muro de piedra, en rebeldía.
La tarde va cayendo y se derrama,
un halo anaranjado del celeste
por las blancas paredes de la Alfama.
Y Cristo junto al puente, por debajo,
bendice -muere el sol por el Oeste-
su fiel y eterno abrazo con el Tajo.
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