El mar, lleno de urgencias masculinas,
bramaba en derredor de tu cintura...
Oceánida-Leopoldo Lugones
Cuentan que una mujer de gran belleza
del mar se enamoró, que hasta su orilla
llegó, se desnudó y así sencilla
quiso al mar regalarle su pureza.
El mar la trasformó con gran destreza,
la modeló despacio como arcilla,
escamando cadera, pie y rodilla,
humano el brazo, el tronco y la cabeza.
Mitad mujer y pez vive sin pena,
lo cantan las espumas de las olas
y su lecho de amor, fondo de arena,
…y dicen que el rumor de caracolas
son las manos del mar, que en la sirena
acaricia rosadas amapolas.
Con el cincel esculpo la palabra.
Con el pincel alumbro su agonía...
De "Encendida Ceniza"-Ignacio Caparrós Valderrama
A golpe de palabra esculpo el verso
y a golpe de soñarte la agonía
de abrazos imposibles. Cada día
es pozo en cuyo fondo quedo inmerso.
A golpe de esperarte la sombría
canción de soledad por mi reverso,
y a golpe de olvidarte me disperso
en nubes grises de melancolía.
Por culpa de tu beso sibilino
solloza el corazón su desatino.
A golpe de vagar por el sendero
me pierdo como errante peregrino
y en esta esclavitud de mi destino,
a golpe y contragolpe vivo y muero.
Mujer, sensualidad por donde miro;
me prendes y transmutas si tus ojos
me miran tan profundo, o si los rojos
labios en arco lanzan un suspiro.
Mujer, toda atracción, absorto admiro
tu seno circular. No son antojos,
caderas donde encuentro sin enojos
la bisectriz final de mi retiro.
Mil y mil vueltas doy, no puede ser.
Si miro fijamente hombre y mujer,
me planto ante mi Dios de hinojos, digo;
¡Perdóname Señor, si ves que sigo
incrédulo en que tanta maravilla
pueda toda nacer de mi costilla!