Te llamaré Victoria, si prefieres.
Sin más, ese es tu nombre verdadero,
y hasta suena mejor, te soy sincero,
¡Victoria!¡Vencedora!. Si tú quieres,
por siempre entre los hombres y mujeres
haré de tu secreto tesorero,
dejando aquel apodo en el tintero,
entre trastos de olvido y mil enseres.
Por cierto, las pinturas ¿preguntabas?
Jamás vio Norma Jean traza tan fina
dibujando sus rubias cabelleras.
Y esa luz que a las geishas ilumina
resulta familiar, ¿tú dónde estabas
cuándo Diego* pintó "Las Hilanderas"?*Entiéndase Diego Velázquez, cuyo nombre viene mejor al verso que su afamado apellido.